Hoy, el Director de ODHS, Fariborz Pakseresht, anunció su retiro. La Gobernadora ha nominado a la Subdirectora Liesl Wendt para ocupar su lugar en el otoño, en espera de la confirmación del Senado. Por favor, lea este comunicado de prensa (en inglés) para más información.
Queridas amistades y colegas de ODHS:
Ha llegado el momento de comenzar a planear una transición de liderazgo en el Departamento de Servicios Humanos de Oregon (ODHS por sus siglas en inglés).
Después de 35 años de servicio a las personas de Oregon —incluyendo trabajo en cuatro agencias estatales, tres gobernadores, la legislatura, las nueve Tribus reconocidas federalmente en Oregon y junto a nuestros empleados públicos dedicados— tengo planeado retirarme el 1 de octubre y dejar el cargo que he ocupado durante los últimos ocho años, para dar paso a una nueva persona que pueda continuar construyendo sobre todos los logros que hemos alcanzado juntos. Me complace compartir que la Gobernadora ha nombrado a Liesl Wendt como la próxima directora de ODHS, en espera de la confirmación del Senado en septiembre.
Liesl ha servido como subdirectora durante los últimos siete años y ha tenido un impacto profundo en ODHS, desde liderar la expansión de nuestra capacidad de respuesta ante emergencias a través de la creación de la Oficina de Resiliencia y Manejo de Emergencias (OREM por sus siglas en inglés), hasta ser una firme defensora de las iniciativas de equidad. Su visión y liderazgo constante son justamente lo que ODHS necesita en estos tiempos de cambio e incertidumbre.
Estoy comprometido a trabajar estrechamente con Liesl en las próximas semanas para asegurar una transición fluida y reflexiva.
Servir al pueblo de Oregon —y a cada uno de ustedes— ha sido el mayor honor de mi vida profesional. Más de la mitad de mi vida y casi todos mis años como adulto los he dedicado al servicio público. Comparto ese impulso de servir con muchos de ustedes que también han hecho del servicio público su vocación.
Mi trayectoria comenzó en la Legislatura de Oregon en la sesión de 1989, donde obtuve una base esencial para entender cómo funciona y se financia el gobierno. En 1990, empecé como supervisor de primera línea en Publicaciones y Distribución del entonces Departamento de Servicios Generales, que luego se convirtió en parte del Departamento de Servicios Administrativos (DAS por sus siglas en inglés). Esa experiencia me ayudó a formar al líder que soy hoy. Aún hoy, cuando entro a ese edificio en Airport Road, me siento en casa. Allí aprendí lecciones importantes de liderazgo: si uno cuida a las personas, ellas cuidarán de uno; y cuando se toman decisiones basadas en valores y con intención clara, uno puede actuar con la conciencia tranquila.
Me uní a ODHS por primera vez en el 2001, cuando la agencia todavía incluía servicios de salud y humanos. Era una época de transición y turbulencia: la agencia había tenido cinco directores en cuatro años. Aprendí el valor de la estabilidad y la importancia de la continuidad para lograr un cambio real y duradero. Tuve la oportunidad de aprender de líderes ejecutivos realmente excepcionales.
En el 2008, lo que se suponía que sería una rotación de seis meses en la Autoridad Juvenil de Oregon (OYA por sus siglas en inglés) se convirtió en una asignación de nueve meses… y eventualmente en nueve años. En OYA aprendí lecciones profundas: que los jóvenes no son un problema para resolver, sino un potencial que cultivar. Vi cómo incluso los jóvenes con más dificultades pueden transformarse en adultos conscientes. Esa experiencia también reforzó mi creencia de que la autenticidad es vital, especialmente porque los jóvenes detectan fácilmente lo que no es genuino. Fue un privilegio servir junto a profesionales tan comprometidos que ayudan a transformar vidas. Esa etapa tiene un lugar muy especial en mi corazón.
Volví a ODHS en el 2017 —una vez más, en un momento de transición de liderazgo. Estos últimos ocho años han puesto a prueba todo lo que he aprendido y me han hecho crecer aún más. He aprendido que las cosas no siempre son lo que parecen —especialmente en la era de las redes sociales. He aprendido que el progreso puede surgir incluso en medio de los retrocesos, y que la culpa y la vergüenza nunca impulsan el crecimiento; ese solo lo logra un equilibrio saludable entre responsabilidad y apoyo.
Como he dicho muchas veces, las personas más importantes en ODHS son a las que servimos. Luego, están quienes las atienden: ustedes—todos ustedes—y las decenas de miles de personas que trabajan a través de nuestros contratistas, proveedores y socios. Estoy profundamente agradecido por su trabajo incansable y compromiso.
Los próximos dos meses pasarán rápido y aún tengo mucho por hacer. Gracias al gran trabajo de ustedes, se ha logrado muchísimo en estos últimos ocho años. No tengo duda de que Liesl continuará avanzando y llevará a ODHS a nuevas alturas.
En tiempos en que la ilusión de separación amenaza nuestro bienestar colectivo, recuerdo las palabras de Albert Einstein, quien describió esa ilusión como "una ilusión óptica de la conciencia". En ODHS trabajamos todos los días para desmantelar esa ilusión—guiados por nuestra Estrella del Norte de Equidad, comprometidos con el bienestar y las oportunidades para todas las personas. Nuestra cultura dentro de la agencia es el vehículo que impulsa este trabajo.
A lo largo de mi vida y mi trabajo, he llegado a creer que el amor es la fuerza más poderosa del mundo—y que el amor auténtico puede superar incluso a las fuerzas más destructivas. En una época marcada por conflictos violentos a nivel global que causan un inmenso sufrimiento, encuentro esperanza en otra cita atribuida a Einstein: “Cuando el poder del amor supere al amor por el poder, el mundo conocerá la paz.” Alcanzar esto requiere un cambio sutil pero crucial en la conciencia, uno que nos permita vernos como parte de un todo, y no a través de una lente limitada y egocéntrica. Se necesita coraje y compasión para lograrlo.
Una de las lecciones más importantes que me enseñaron mis mentores es la de ser intencionales al momento de irnos. En ese espíritu, pido disculpas a cualquier persona a la que haya lastimado, ofendido o pasado por alto —sin importar si fue sin intención. Sé que la intención no siempre se traduce en el impacto, y humildemente les pido su perdón.
Aunque espero con entusiasmo este próximo capítulo, también sé que extrañaré las interacciones diarias con el equipo de ODHS y ser parte del trabajo increíble que todos ustedes hacen cada día para mejorar Oregon.
Para concluir, quiero agradecer a la Gobernadora Kotek por su constante apoyo a ODHS y al trabajo que ustedes hacen todos los días para ayudar y servir a las personas de Oregon. También le agradezco la confianza que ha depositado en mí y en nuestro equipo—especialmente en momentos en que otros la han cuestionado.
Con gratitud y respeto,
Fariborz